jueves, 13 de diciembre de 2018

El NO es NO Y El SI… ¿Es SI?

En estos días se viralizó  la frase “El NO es NO”, en relación a los abusos sexuales y/o violaciones, frase que pese a ser una verdad de Perogrullo, merece ser difundida, para que se grabe en el colectivo social y que nunca más ocurran estas aberraciones, que afectan principalmente a las mujeres, pero que tambien ocurre en menores de cualquier género, en todas aquellas relaciones asimétricas, por alguna circunstancia, edad o jerarquía.
Dicho esto, parece importante ponernos en cuestión respecto a que el Sí ¿es siempre Sí?
Esta pregunta no es simplemente retórica, sino que está sostenida en observaciones en muchos de los abusos sexuales infantiles en especial intra familiares, entendiendo y extendiendo por tales a los realizados por padres, tíos, abuelos, padrinos, hermanos, primos, maestros, vecinos, amigos de la familia, en la que muchas veces la concreción de estas prácticas descarriadas cuentan con la anuencia  engañosa de los menores, los que seducidos por el afecto, la “alianza”, o víctimas de amenaza, terminan aceptando (diciendo sí), siendo de algun modo “cómplice” de su propio abuso. Estas circunstancias favorecen a sostener “el secreto”, porque revelarlo implicaría una especie de “confesión”.
Dicho esto, creo necesario que tengamos en claro, que ante las relaciones asimétricas, en especial entre niños  y adultos, no es importante si dice no o si dice si, lo fundamental es que tengamos claro, que un niño es un niño, y un adulto es un adulto, que la responsabilidad siempre es del adulto, y que no hay posibilidad de paridad sexual posible.  Y toda relación en ese orden es una aberración, y siempre debe ser denunciada, juzgada y condenada.

sábado, 4 de octubre de 2014

¿Cambiamos para no cambiar?

Un famoso escritor, conductor  y humorista argentino, solía decir que si mirábamos las fotografías de los novios de una señorita, se vería que todos eran iguales...
En lo personal, y en un pais como Argentina, donde producto de la inmigración  no existe una tipología física pre definida mayoritariamente,   no me animaría a dar como válida esta premisa tomando solo
el aspecto exterior. De hecho, podríamos hallar novios, altos, bajos, rubios, morochos, fuertes o esmirriados...
Sin embargo, tal vez, si superamos la superficialidad, llama la atención que algunas características personales de las distintas parejas de una persona, se repiten la mayor de los casos, es así que, es comun escuchar historias de partenaires, que salvando detalles, por su semejanza simulan una continuidad. Es así que se repiten historias de indecisos, golpeadores, mujeriegos, haraganes o adictos al trabajo etc, aunque mayoritariamente esto sucede sin la voluntad expresa, ni la búsqueda intencional.
Por supuesto, esta misma observación cabe para las parejas femeninas de los hombres, haciéndolo extensivo a todo tipo de pareja.
Las causas, por supuesto, supera a la suerte o la casualidad, remitiendo a que en el proceso de elección y vinculación se juegan factores conscientes e inconscientes, con la tendencia a repetir situaciones que por alguna razón tiene un peso o un conflicto para quien la padece.
Claro, que cuando la elección resulta satisfactoria, probablemente la secuencia de semejanza, no tenga ninguna importancia. Cuando a esta repetición, se le adiciona el malestar y/o insatisfacción, tal vez, la forma de resolverlo no sea insistir con cambiar para no cambiar, sino trabajar esta modalidad con un psicólogo para poder modificar el tipo de elección y vínculo, y no solo los nombres y situaciones de las futuras parejas.


miércoles, 19 de marzo de 2014

Estamos en Terapia


Tanto en lo individual, como en las relaciones de pareja, cuando los problemas exceden la posibilidad de solución, o la forma en que se encara las dificultades, ya sea por posturas rígidas y/o ruidos en la comunicación, la posibilidad de la consulta a un terapeuta de pareja, es una alternativa viable y deseable.
La decisión en conjunto de tal consulta, es cuanto menos el reconocimiento de ambos miembros, que la pareja tiene conflictos y que solos no pueden abordarlos.
La pareja funciona como interrelación compleja, en la que seguramente, hay esquemas de comunicación y acciones que se repiten, y en el que cada uno resulta generador  de la conducta del partenaire y a su vez, es  consecuente a los disparadores de los comportamientos del otro.
Claro está decir, que estos mecanismos, complicados por cierto, lejos de ser planificados y manejados con el acuerdo de ambos miembros, se van sucediendo,  estructurando, sosteniendo y repitiendo a lo largo de la historia compartida, provocando ciclos sin salida aparente.

Entender estos complejos interrelacionales, desandarlos, elaborarlos y reconstruir, si se puede, es lo esperable en el devenir de las terapias de pareja.  Estas resoluciones muchas veces, afianzan los vínculos de pareja, y en otras, promueve la disolución,  intentando en lo  posterior preservar a los  individuos. Lo uno o lo otro, dependerá del deseo, del afecto, de las historias personales y conjuntas de la pareja, del momento en que se hallan… tal vez, un poco de la vida misma.

martes, 1 de febrero de 2011

Vacacionando: Con el corazon partido

Con el desarrollo de la sociedad moderna, el hombre ha cambiado sus condiciones de vida, en un intento de mejorarla produciendo numerosos avances tecnológicos que facilitan el devenir cotidiano, aunque tal vez, alejandolo un poco de su propia naturaleza.
En una conjuncion entre los avances y el reencuentro consigo mismo, las vacaciones anuales se fue incorporando como modalidad de las muchas personas y familias contemporáneas, como broche final de un año de trabajo.

 La implementación de las vacaciones tiene varios sentidos, por un lado el merecido y reparador descanso -lo que vulgarmente se denomina como cargar las pilas-, por otra parte la generación de momentos para la evaluación personal y la organización de nuevos proyectos , además del reencuentro y la reflexión con los seres que nos acompañan en la cotidianeidad de nuestra existencia, sin desconocer la canalización de nuestro espíritu de aventura y conocimiento, ya que a través de los diferentes viajes, se accede a experiencias directas con espacios distintos e intercambios no habituales .

Es decir, cubre aspectos lúdicos, recreativos, afectivos, cognoscitivos, culturales y sociales.

Independiente de viajar o no,  los días de descanso, es una oportunidad para el encuentro familiar...
Ahora bien....¿y si hablamos de divorciados?...¿que ocurre?

Para suponer conflictos, primeramente, es de subrayar la presencia o no de hijos, en cada familia, y las edades e independencia de los mismos.  En segunda instancia, la relación subyacente entre los adultos, o sea de la pareja devenida en divorciada o separada. O sea, podríamos suponer mayores conflictos segun la vinculación dificultosa de los adultos y de la mayor dependencia de los niños a edades menores.

Si bien, los lugares, las formas, los horarios de visitas y las vacaciones, dependen especialmente de los padres, los que deciden y proponen, o en ultima instancia de los jueces de familia, que terminan determinandolo, lo fundamental es que en estas circunstancias se tenga en cuenta las necesidades y las características de los niños, sus tiempos, sus espacios y requerimientos. O sea, que no resulte indicaciones y acciones que resuelvan sobre los niños, como "objetos" no participativos, dandoles la posibilidad de opinar, pensar o cuanto menos saber sobre su destino proximo y cotidiano.

Sino, mas alla de vacacionar  en Mar del Plata, Córdoba, Brasil o el jardin de su casa, lo importante es la idea de crecimiento, el aprovechar  las vacaciones, en cada uno y todos sus aspectos, no desperdiciando la oportunidad de la armonía y el reencuentro, y no sea una forma de condena, abrochando la idea de un corazon partido, que no halla remedio.

domingo, 20 de junio de 2010

Las peleas...¿Antesala del divorcio?

Cuando las parejas están en crisis, es común que la comunicación entre ellos esté alterada, incluso que existan diferentes modos de peleas y discusiones.
Las peleas, independientes de los motivos, muchas veces son intentos de sortear diferencias y llegar a acuerdos en común, siendo que al no acceder a una resolución consensuada, cada parte trata de imponer su postura mediante la discusión, o cuanto menos, ceder lo menos posible.
Los resultados, dependerán de cada una de las circunstancias y de las parejas en cuestión, no existiendo un parámetro previo que conceptualice los efectos de las peleas en forma general.
Sin embargo, podríamos presumir que mientras  existan discusiones y peleas, sigue persistiendo la posibilidad de armonizar y de llegar a acuerdos, siempre y cuando, se entiende, no superen el nivel del discurso verbal, manteniendo las formas de respeto mutuo y con un nivel "hostilidad" aceptable y controlado.
De hecho,  muchas veces, cuando las parejas dejan de discutir, tal vez, también dejan de comunicarse, implicando en tal caso, un desinterés total del uno hacia el otro.
O sea, y para concluir, las peleas y discusiones, hablan que la comunicación de la pareja aún está viva y que puede hacerse algo con ellas, o sea, parafraseando a un colega, concluímos que "algunos se separan sin pelearla y otros se pelean sin separarse"

lunes, 31 de mayo de 2010

Los reproches y las culpas....

Ante las situaciones conflictivas, las crisis de pareja es una de ellas, casi todos tendemos a buscar a quien endilgar la responsabilidad de lo sucedido, o sea, echarle la culpa.
El modo comun es a través de reproches, con las características que estos adquieran, o sea, y solo para mencionar algunos, podriamos resumirlos en victimizantes "yo no me merecía que vos me hagas...", culpógenos "yo que hice esto por vos y ahora...", amenazantes "ahora atenete a las consecuencias",  egocentricos "por qué a mi", evasivos "cortemos, esto va a ser más de lo mismo, agresivos "sos una mala persona" o angustiosos "sniff, sniff... no puedo soportarlo..."
Esa búsqueda, con argumentos verídicos o falsos, convincentes o fantásticos, no tiene otro objetivo que reconocer la inocencia del argumentador...
Surgiendo inevitablemente la inquietud sobre si siempre existen culpables e inocentes en  las cuestiones de la vida, y si en tal caso  fuera afirmativo el interrogante, de qué situación cuasi delictiva nos estaríamos refiriendo, para arribar a semejantes conclusiones.
A su vez, cada argumentación de referencia, tiene el objetivo consciente o inconsciente de  buscar aliados, aliados que por supuesto, confirmen la "responsabilidad" del otro, y que eleve el propio "buen nombre".
Advertimos en todos estos mecanismos, resabios iresueltos de conflictos latentes,  desencadenados por el malestar,  remiten seguramente a épocas pasadas, conjugandose inseguridades, baja auto estima, angustias  y carencias,  en resumidas cuentas, aspectos inmaduros de la personalidad.
Si bien, tiene sus dificultades, tal vez, cada crisis  sea una buena oportunidad para pensar, reflexionar y repartir los tantos mas equitativamente, para y por fin, cargo de nosotros mismos.

lunes, 19 de abril de 2010

¿Amor Incondicional?

Hemos escuchado -y no me refiero solo a los psicoanalistas- historias de amores que a cualquier oído, resultan cuanto menos llamativos.
Relaciones de personas en las que prevalece el sometimiento, el maltrato físico y/o psíquico, las infidelidades, la poca consideración, la postergación de los propios objetivos, el menosprecio o simplemente el desamor. Al indagar a los protagonistas sobre el particular -en especial o quizás solamente el menos favorecido- aseguran que se trata de manifestaciones de un amor incondicional al partenaire de su pareja...
La pregunta es... ¿es posible amar al otro más que a uno mismo?...Y si esto fuera así...¿qué pasa con la reciprocidad?
Aun desde preceptos religiosos- y no es sobre lo cual quiero basar estas notas- se plantea el "amar al projimo como a ti mismo"...  podríamos suponer que aunque el concepto de prójimo (próximo), es mas general que una pareja, y que tal vez amar se refiera a "respetar", podemos inferir que nunca podríamos amar a otro más que a nosotros mismos, por lo tanto en los casos mencionados, donde la reciprocidad no existe, tendríamos una falencia adicional.
Entonces, ¿que ocurre en estas circunstancias?
Estas parejas asimétricas, que ponen en cuestión la idea misma de pareja (de pares), se constituyen con la superioridad de uno en detrimento a la del otro, sosteniendose en esas circunstancias.
El que "ama incondicionalmente", cuenta con serias dificultades en su autoestima, "necesitando" la superioridad del otro para mantener su yo elevado -aunque dominado-, pero también el "amado incondicionalemente" requiere  del suministro de su pareja para sostener ese espacio arbitrariamente adquirido de "perfección y elevación" .
O sea, ambos se necesitan y ambos constituyen manifestaciones de baja autoestima. Alguno con una posición más cómoda en apariencia, otro con un estado mas desagradable...pero ambos, con un intento posible de manejar su conflictiva. Confirmando estas conceptualizaciones es que estas posiciones  en algunas circunstancias especiales suelen intercambiarse...
Tal vez, sea el momento de cuestionarse cuanto menos sobre el amor y la autoestima, y ver si podemos armar vínculos, tal vez, que nos fortalezcan  y sean saludables.